Rompe el bloqueo del papel en blanco
Supera el miedo a fracasar y recupera el placer de pintar con acuarela
¿Te ha pasado? Encuentras el momento perfecto para pintar: estás motivado/a, con ganas. Preparas el escritorio, eliges tus pinceles favoritos, sacas tu papel 100% algodón... y justo cuando lo despliegas, zas, ahí está el bloqueo.
“¿Y ahora qué pinto?”
“¿Y si me sale mal?”
“¿Y si termino frustrado otra vez?”
Es un miedo muy real. Uno que a veces nos paraliza tanto que terminamos alejándonos de la acuarela por miedo a ese posible fracaso.
Es como si cada intento fallido dejara una cicatriz que pesa en los siguientes.
Te suena, ¿verdad? Aquí va un recordatorio: nos pasa a todos. Sí, incluso a los que llevamos años pintando.
Cómo romper ese bloqueo y volver a disfrutar del proceso
No te enfrentes al papel queriendo crear una gran obra maestra cada vez que pintas. Empieza pequeño.
Coge un papel más pequeño o un sketchbook, uno que no te intimide tanto.
Elige una escena que te guste: una esquina bonita de tu barrio, una foto que guardaste en Instagram, un recuerdo de un viaje.
Cuando trabajas en un formato más pequeño, la inversión de tiempo y esfuerzo es menor, lo que reduce el miedo a fallar. Incluso si el resultado no es el que esperabas, no habrás dedicado tantas horas en vano, y siempre habrás aprendido algo.
Además, las pequeñas victorias generan confianza para proyectos más grandes.
Necesitas un plan
Antes de tocar el papel con el pincel, hazte estas preguntas:
¿Cómo voy a establecer las capas?
¿Empiezo con una aguada que cubra toda la superficie o prefiero centrarme primero en una zona concreta?
¿Dónde irán las primeras sombras en la segunda capa?
¿En qué zonas añadiré los detalles más oscuros para dar profundidad?
¿Qué colores voy a utilizar?
Ahora utilizo una paleta de colores pequeña (hice caso a Ander) pero, ¿cómo voy a combinar esos tonos en esta escena?
¿Qué partes del dibujo estarán en luz, cuáles en sombra?
Haz un pequeño boceto a lápiz.
No tiene que ser perfecto, solo una representación rápida para fijar las proporciones (un día te hablaré de la importancia de estas) y la composición.
Acabas de coger carrerilla
Para cuando hayas terminado estos pasos, es probable que el miedo se haya desvanecido y que tu motivación haya vuelto. Esto ocurre porque ahora tienes un plan.
Es hora de llenar ese papel con color.
¿Te has sentido alguna vez bloqueado frente al papel en blanco? Cuéntame tu experiencia en los comentarios del post. ¡Me encantaría leerte y ayudarte a romper ese miedo juntos!
Te veo en dos semanas.
Un fuerte abrazo,
Qué gusto leerte, Ander. Me ha encantado cómo desmontas el mito del “gran momento creativo” y devuelves el foco al disfrute.
Ese plan previo y las pequeñas victorias… puro oro 🎨✨
muchas gracias!!!